Lula Da Silva asumió la presidencia de Brasil y anticipó profundos e inmediatos cambios

Lula Da Silva asumió la presidencia de Brasil y anticipó profundos e inmediatos cambios

El nuevo presidente del vecino país llegó en un auto descapotable junto a la primera dama Rosángela da Silva, el vicepresidente electo, Geraldo Alckmin y su esposa, Lu Alckmin. En su primer discurso prometió una visión distinta a su antecesor, Jair Bolsonaro.

Luiz Inácio «Lula» da Silva, de 77 años, asumió hoy por tercera vez la presidencia de Brasil para un mandato de cuatro años, ante el Congreso Nacional y con la compañía de alrededor de 300.000 personas en la Explanada de los Ministerios en Brasilia.

El presidente brasileño asumió su tercer mandato luego de haber gobernado el país entre 2003 y 2010 y tras haber estado 580 días preso en la llamada causa de la Operación Lavajato, razón por la cual estuvo inhabilitado de participar en los comicios de 2018 ganados por el saliente presidente, Jair Bolsonaro, quien abandonó el país el viernes al viajar a Estados Unidos, da cuenta Télam.

Da Silva llegó al Congreso brasileño unos 20 minutos antes para la ceremonia de asunción para convertirse en presidente de Brasil por tercera vez, tras haber sido recibido con honores militares por los titulares de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y del Senado, Rodrigo Pacheco.

En la ceremonia estuvieron presentes autoridades locales y visitantes extranjeros, entre ellos la ex presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), destituida en 2016 por el Congreso.

La ceremonia comenzó pasadas las 14:30, cuando el todavía presidente electo subió frente a la Catedral Metropolitana en un Rolls Royce descapotable de la Presidencia de la República que lo llevaría hasta el Congreso, donde prestó juramento, en un recorrido de 1.400 metros.

Lula subió al auto acompañado por su esposa, Rosángela da Silva, Janja. Pero antes de iniciar la marcha pidió que el vicepresidente Geraldo Alckmin y su esposa, Lu Alchkmin, se subieran al vehículo descapotable, cuyo uso estuvo en dudas hasta horas antes de esta ceremonia de asunción por razones de seguridad.

«Victoria de la democracia»

El gesto de Lula da Silva para su compañero de fórmula fue una muestra de la intención del mandatario de dar cumplimiento al acuerdo que forjó con Alckmin, un político de centro derecha, le dijo que su función no sería la de un vicepresidente, sino que ambos presidirán juntos el país.

El nuevo presidente de Brasil celebró ante sus seguidores la «victoria de la democracia» que le permitió ganar las elecciones de octubre a pesar de las amenazas de la ultraderecha que aún no acepta su triunfo. «Si estamos aquí es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña», declaró Lula ante el Parlamento, en su primer discurso oficial.

«Fue la democracia la gran victoriosa», que «superó» las «más violentas amenazas a la libertad del voto», apuntó en alusión a la campaña contra el sistema de votación desatada por el ahora ex presidente Jair Bolsonaro, a quien derrotó en las elecciones de octubre.

«Bajo los vientos de la redemocratización decíamos: ¡dictadura nunca más! Hoy, tras el terrible reto que hemos superado, debemos decir: ¡democracia para siempre!», aseguró el mandatario. Además, adelantó que hoy mismo firmará medidas de reorganización de las estructuras del Poder Ejecutivo «para que el Gobierno vuelva a funcionar de forma racional, republicana y democrática».

«El mandato que hemos recibido, frente a adversarios inspirados en el fascismo, será defendido con los poderes que la Constitución confiere a la democracia. Al odio responderemos con amor. A la mentira, con la verdad. Al terror y a la violencia responderemos con la Ley y sus más duras consecuencias», dijo y prosiguió: «A lo largo de esta campaña electoral vi brillar la esperanza en los ojos de un pueblo que sufría, como consecuencia de la destrucción de políticas públicas que promovían la ciudadanía, los derechos esenciales, la salud y la educación», y finalmente agregó: «Se demostró que sí era posible gobernar este país con la más amplia participación social, incluyendo a trabajadores y a los más pobres en el presupuesto y en las decisiones de gobierno».

«Se ha demostrado que un representante de la clase trabajadora sí podría dialogar con la sociedad para promover el crecimiento económico de forma sostenible y en beneficio de todos, especialmente de los más necesitados», apuntó y en esa línea advirtió: «El diagnóstico que recibimos del Gabinete de Transición es terrible. Los recursos sanitarios se han vaciado. Han desmantelado la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología. Destruyeron la protección del medio ambiente. No dejaron recursos para comidas escolares, vacunación, seguridad pública».

El mandatario prometió ayudar a los que más lo necesitan: «Ninguna nación se ha levantado ni puede levantarse sobre la miseria de su pueblo. Este compromiso empieza por garantizar un Programa Bolsa Família renovado, más fuerte y más justo para atender a los que más lo necesitan».

Primeras acciones

Lula adelantó que las primeras acciones del gobierno tendrán como objetivo «rescatar a 33 millones de personas del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileños que han soportado la carga más pesada del proyecto de destrucción nacional que hoy termina».

También enarboló como obetivo primordial lograr la deforestación cero en la Amazonia y la emisión cero de gases de efecto invernadero en la matriz eléctrica, además de estimular la reutilización de pastos degradados. «Brasil no necesita deforestar para mantener y ampliar su frontera agrícola estratégica», afirmó.

«Crear, plantar y cosechar seguirá siendo nuestro objetivo. Lo que no podemos aceptar es que sea una tierra sin ley. No toleraremos la violencia contra los más pequeños, la deforestación y la degradación del medio ambiente», agregó.

Aseguró que esta era una de las razones, pero no la única, de la creación del Ministerio de Pueblos Indígenas: «Nadie conoce mejor nuestros bosques ni es más eficaz para defenderlos que quienes estuvieron aquí desde tiempos inmemoriales. Revocemos todas las injusticias cometidas contra los pueblos indígenas»

El presidente anunció asimismo la refundación del Ministerio de la Mujer «para demoler este castillo de desigualdad y prejuicios», y sobre eso dijo que «es inaceptable que las mujeres cobren menos que los hombres por el mismo trabajo, es inaceptable que sean acosados impunemente en la calle y en el trabajo, que sean víctimas de violencia dentro y fuera del hogar».

Integración latinoamericana

Recordó la tragedia del Covid-19 y afirmó que «en ningún otro país, la cantidad de víctimas mortales fue tan alta proporcionalmente a la población».

«Las responsabilidades por este genocidio han de ser investigadas y no deben quedar impunes», dijo Lula, que criticó directamente a la «actitud criminal de un gobierno negacionista», liderado por Jair Bolsonaro.

Finalmente, el nuevo presidente de Brasil se comprometió a «retomar la integración» en América Latina para tener «un diálogo activo y altivo» con las otras regiones del mundo.

«Retomaremos la integración a partir del Mercosur, con la revitalización de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y otras instancias soberanas» que existen en Latinoamérica, declaró ante el Parlamento después de haber jurado como nuevo presidente de Brasil.

También garantizó que su Gobierno fortalecerá la cooperación con el foro Brics, que Brasil integra junto con Rusia, India, China y Suráfrica, y tenderá puentes con África y el mundo en desarrollo, sin descuidar sus relaciones con Estados Unidos o la Unión Europea (UE).

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