Pedido global por una prohibición mundial de plásticos de un solo uso considerados «dañinos e innecesarios»

Pedido global por una prohibición mundial de plásticos de un solo uso considerados «dañinos e innecesarios»

Países del mundo se reunirán a finales de mayo en París para la segunda reunión global del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-2 por sus siglas en inglés) sobre el tratado de contaminación por plásticos.

Nuevos reportes técnicos identificaron los plásticos de alto riesgo que contaminan el planeta y demostraron que las prohibiciones globales, su eliminación gradual y las medidas de control son totalmente viables.

WWF, organización que Fundación Vida Silvestre Argentina representa en nuestro país, hace un llamado a los gobiernos para apoyar prohibiciones globales y eliminar de forma gradual los productos de plástico de un solo uso que son «más peligrosos e innecesarios», como cubiertos descartables y microplásticos introducidos, entre otros. La solicitud se realiza antes de las negociaciones de las Naciones Unidas sobre el tratado global de contaminación por plásticos, que se llevarán a cabo en París, del 29 de mayo al 2 de junio de 2023.

Esta solicitud sucede en el marco de una serie de nuevos reportes –solicitados por WWF y realizados por la consultora independiente Eunomia– que identifican los productos de plástico más dañinos que contaminan el ambiente, además de proponer medidas globales de control necesarias para eliminar, reducir o gestionar de manera segura estos plásticos. Se busca que estas medidas sean incluidas en el texto del tratado, que se publicará antes de la próxima ronda de conversaciones, en diciembre de 2023.

La investigación presenta soluciones sobre cómo abordar los desafíos más urgentes de la contaminación por plástico bajo el nuevo tratado global, dividiendo los productos plásticos en dos grupos: aquellos que pueden reducirse o eliminarse significativamente en el corto plazo (clase I) y los que actualmente no pueden eliminarse o reducirse de manera significativa, pero requieren medidas globales de control para promover el reciclaje y una gestión y disposición segura (clase II). El análisis divide los productos en categorías amplias según el riesgo de contaminación, lo que, de acuerdo con WWF, ayudará a una regulación efectiva a nivel global, en lugar de legislar sobre artículos de plástico individuales, lo cual puede ser complejo y dar paso a posibles vacíos regulatorios.

Reconociendo la relación compleja, interconectada y ampliamente extendida que la sociedad ha establecido con los plásticos, el análisis también considera las posibles consecuencias no deseadas de eliminar o reemplazar un determinado tipo de plástico en el ambiente, la salud y la sociedad. «Estamos atrapados en un sistema en el que producimos cantidades de plástico mucho mayores de lo que cualquier país puede manejar adecuadamente. Esto ha provocado una crisis de contaminación por plástico que afecta tanto al ambiente como a la sociedad», dijo Marco Lambertini, enviado especial de WWF.

Agregó que «si no tomamos medidas ahora mismo, la situación solo empeorará. Si continuamos por este camino hasta el 2040, la producción mundial de plástico se duplicará, la cantidad de plástico que termina en nuestros océanos se triplicará y el volumen total de contaminación por plástico en nuestros océanos se cuadruplicará. No podemos permitir que esto suceda. La contaminación por plástico es un problema global que requiere una solución a nivel mundial. Los negociadores deben prestar atención a las recomendaciones de este informe y trabajar juntos para crear un tratado con reglas globales vinculantes, exhaustivas y específicas que puedan cambiar el rumbo de la crisis del plástico».

Aunque el plástico es barato y versátil, con innumerables usos en muchas industrias, casi la mitad se utiliza para crear productos con una vida útil muy corta o que son de un solo uso – pero que pueden pasar cientos de años degradándose. Además, la mayoría de estos se utilizan en países con ingresos altos y medio-altos. Las investigaciones demuestran que, hasta el 2015, el 60% de todos los plásticos que han sido producidos ya habrán llegado al final de su vida útil y habrán sido desechados. A nivel mundial, menos del 10% de los productos plásticos se reciclan.

«América Latina y el Caribe han avanzado en la regulación de plásticos de alto riesgo, como en la prohibición o eliminación de productos de plástico de un solo uso; sin embargo, las regulaciones son fraccionadas y diversas, y no logran abordar los impactos transfronterizos a la escala necesaria para proteger la naturaleza, las personas y sus medios vida de la contaminación por plásticos”, señaló Roberto Troya, Director Regional para América Latina y el Caribe de WWF.

«No hay una razón lógica para seguir manteniendo en circulación muchos de los productos plásticos de un solo uso del mundo, cuando sabemos que están causando tanto daño, contaminando vías fluviales, asfixiando los océanos y hasta introduciéndose en nuestros propios alimentos. La industria tiene a su alcance conocimiento y tecnología para proporcionar alternativas más sostenibles. Necesitamos regulaciones e incentivos para respaldar esta transición, estimulando la innovación y fomentando el comercio de alternativas sostenibles», concluyó.  

En este sentido Manuel Jaramillo, Director General de Fundación Vida Silvestre Argentina, señaló que “Argentina ha sido pionera en la región con la sanción de una ley que prohíbe la incorporación de microplásticos añadidos en productos cosméticos y de higiene oral. La implementación de esta ley, que comenzó a regir a partir de finales de 2022, será un aporte relevante a los compromisos que deriven de este tratado. No obstante, nuestro país todavía adeuda una ley de envases que establezca estándares mínimos para su gestión integral, promoviendo su reducción, reutilización, reciclado, valorización y, en última instancia, su disposición final, y que incorpore el principio de responsabilidad extendida del productor. La contaminación por plásticos es una problemática global con efectos locales que trasciende fronteras, por eso es urgente alcanzar una respuesta global coordinada”.

A pesar de la regulación y las medidas voluntarias a niveles nacionales, los esfuerzos no han sido suficientes para evitar que el plástico se infiltre al ambiente, y que desde una locación específica se distribuya a cientos o incluso miles de kilómetros de distancia. Los plásticos de un solo uso, los microplásticos y las artes de pesca perdidas o descartadas, conocidas como «redes fantasma», ahora constituyen la mayor parte de la contaminación por plásticos en el océano.

«Los patrones actuales de producción y consumo de plásticos son ambiental y socialmente insostenibles, la eliminación global de productos plásticos de alto riesgo e innecesarios, como los plásticos de un solo uso, es fundamental para reducir significativamente la cantidad de plásticos que llega a la naturaleza, y enfocarnos en la transición hacia una economía circular, segura e inclusiva», dijo Alejandra González, Coordinadora de Políticas de Plásticos de WWF en Latinoamérica y el Caribe.

«Los Estados tienen una oportunidad única de desarrollar un tratado global que aborde efectivamente las causas principales de la contaminación. París será el escenario para que los estados reafirmen su compromiso con propuestas concretas para proteger al medio ambiente y a las personas de los efectos de la contaminación por plásticos”, agregó González.

Después de un comienzo prometedor en la primera reunión del Comité Intergubernamental de Negociaciones (INC) del año pasado, los negociadores deberán trabajar ahora en los detalles del texto del tratado para abordar de manera más efectiva y equitativa la contaminación por plástico.

En noviembre del año pasado, WWF llevó a cabo una encuesta con más de 20 mil  personas que mostró que 7 de cada 10 participantes apoya el establecimiento de regulaciones globales para poner fin a la contaminación plástica. Esto demuestra un respaldo abrumador para un tratado de plásticos que establezca regulaciones globales vinculantes que se apliquen a todos los países, en lugar de un acuerdo global voluntario en el que los gobiernos puedan elegir si toman medidas o no.

En la Argentina, 9 de cada 10 personas indicaron que es importante que nuestro país sea parte de este acuerdo global sobre contaminación plástica; un tercio de los encuestados lo señalaron como esencial. Los datos son contundentes: el 85% de los participantes piensa que los fabricantes y el sector privado deberían ser responsables de reducir, reutilizar y reciclar los envases de plástico, mientras que al 84% le gustaría poder comprar productos que utilicen la menor cantidad posible de envases.

Tras la adopción del tratado, WWF está haciendo un llamado para establecer una prohibición inmediata de productos plásticos como fibras plásticas innecesarias que se encuentran en toallitas húmedas, filtros de cigarros, bolsas de té; productos de un solo uso como cubiertos, platos, vasos, hisopos, cigarrillos electrónicos desechables y microplásticos en pastas dentales y productos para el cuidado de la piel, entre otros.

En los casos en que no sea factible una prohibición inmediata, como sucede con algunos envases de un solo uso de alimentos y bebidas, y equipos de protección personal o neumáticos, el tratado deberá introducir medidas para eliminar gradualmente estos productos a más tardar hasta el 2035, implementar impuestos y otros instrumentos económicos para reducir la demanda y establecer estándares para productos que permitan reducir o eliminar el uso del plástico.

Para aquellos plásticos que no se pueden eliminar fácilmente, se debe priorizar su circulación y gestión segura a través de metas, estándares y requisitos mínimos relacionados a su recolección, reutilización, reciclaje, disposición y su contenido reciclable, así como mediante esquemas de responsabilidad ampliada del productor, que incluyan los costos de la vida útil del producto en el precio final, así como sistemas de devolución de depósitos.

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