Absuelven a dos jóvenes de una violación porque no entendieron el «no» de la víctima
Ella, 18 años. Ellos, dos chicos de 19 y un tercero menor de edad. Ella, la víctima de una violación. Ellos, los violadores. Ella había dicho que no. Hasta ahí, todo claro, demostrado y rubricado por el juez… y aun así los dos mayores de edad han sido exculpados de un delito de agresión sexual porque cometieron «un error de percepción» respecto «al consentimiento de la víctima».
Ocurre en Florencia, durante una fiesta en casa de amigos. Ella había dicho que ‘no’. Ella gritaba: «¡parad, parad!». Ellos siguieron hasta consumar la agresión sexual. «Esto es una violación», dijo un amigo al otro. «No, no, sigue, no te preocupes», le respondió el otro.
El juez sostiene que no entendieron el «no» de la víctima. Que los chicos tenían una «concepción pornográfica del sexo» que provocó un «error de percepción» del consentimiento (inexistente) de la chica.
Lo explica en la motivación de la sentencia que acaba de publicar. Los hechos se denunciaron en 2019. El fallo llegó en marzo de 2023. Y esta semana se han difundido los argumentos del juez, que ha publicado L‘Espresso y ha generado una fuerte polémica en Italia.
Durante el juicio se supo que la chica conocía a los imputados. Que había practicado sexo con uno de ellos en el pasado y que en una ocasión lo había hecho delante de los otros dos denunciados. Así que el magistrado entiende que pudo haber lugar a un equívoco en la interpretación de los acusados (Ella gritaba: ¡parad, parad!»).
«Déficit educativo»
El magistrado lo razona con una suerte de perfil de los denunciados, «condicionados por una inadmisible concepción pornográfica de sus relaciones con el género femenino, derivada quizás de un déficit educativo y en todo caso fruto de una concepción muy distorsionada del sexo».
«La percepción errónea» de los tres chicos «si no anula la existencia objetiva de una conducta de violencia sexual, impide que su conducta sea considerada penalmente relevante«, se justifica el magistrado.
La reacción de los grupos feministas se multiplica en la redes. «No es una sentencia de shock sino que es violencia de Estado«, escriben. «Un shock se produce cuando nos encontramos ante algo impredecible y raro. Estos juicios no lo son. Estas frases son reflejos muy comunes y patéticamente precisos de la cultura en la que vivimos», protesta Carlotta Vagnoli, escritora y transfeminista.
«La concepción distorsionada del sexo no los indujo a error, es esa distorsión, en mi opinión, el error original«, ha denunciado Luana Zanella, líder de grupo de Alleanza Verdi e Sinistra, secretaria de la comisión bicameral de investigación del feminicidio. Y también para la senadora del PD Cecilia D’Elia, vicepresidenta de la misma Comisión, «la (in)cultura de los chicos nunca puede convertirse en una excusa. Una vez más terminamos banalizando lo sucedido».
Cuestión de segundos
«Es una vuelta al pasado, con las sentencias que culpabilizan a las víctimas», advierten, «la culpa sigue siendo de quienes han sufrido la violencia porque provocó la bestia inherente al hombre por naturaleza».
Lo cierto es que ésta es sólo el último de una larga lista de controvertidos fallos judiciales en materia de agresión sexual, que han escandalizado a los italianos. El más reciente, el del juez de Roma que absolvió a un conserje de un instituto procesado por haber tocado el culo a una estudiante. El magistrado dictaminó que al durar entre «5 y 10 segundos» no se podía considerar agresión sexual.
El cronómetro jugó también un papel fundamental en otra sentencia de 2018 contra un representante sindical de Fit Cisl. La denunciante era una azafata que había pedido ayuda a su agresor por un juicio laboral. Ella denunció que la manoseó en las oficinas del sindicato en el aeropuerto de Milán y los tres jueces del tribunal la creyeron. Pero sentenciaron la «inexistencia del hecho» y absolvieron al acusado porque, a su juicio, la mujer no reaccionó a tiempo y tardó al menos 20 segundos en detener al hombre que la estaba tocando.
Demasiado fea
Aún más sonado fue el fallo que en 2017 absolvió a dos chicos acusados de violar a una chica de su misma edad. Fueron condenados en primera instancia a cinco y tres años de cárcel, respectivamente, pero en segunda instancia, tras su recurso, las tres juezas (sí, juezas) del Tribunal de Apelación de Ancona los absolvió: La razón: la víctima era demasiado masculina, demasiado fea para que quisieran tener sexo con ella.
Al acusado principal, motivaron las magistradas, «ni siquiera le gustaba la chica, tanto que registró su número de móvil en su teléfono móvil con el nombre de ‘Vikingo’ en alusión a una personalidad que era todo menos femenina y más bien masculina». Después, la prueba entre paréntesis: “Como aparece la fotografía en el expediente para confirmarlo”.
En otra sentencia del mismo año de un tribunal de Turín, el juez libró de toda culpa a un trabajador de Cruz Roja denunciado por haber violado a una compañera en el lugar de trabajo. El magistrado no lo consideró una agresión sexual porque aunque se demostró que la víctima había dicho «basta», «no gritó, ni lloró e incluso siguió con su turno de trabajo después».
Habló sólo de sentirse mal, pero en aquel momento, tras ser violada, no explicó la causa de su malestar. En la argumentación del fallo si alega que la víctima «no reportó sensaciones o comportamientos muy frecuentes en relatos de abuso sexual, como sensación de suciedad, pruebas de embarazo o dolor en alguna parte del cuerpo”.
Dejó la puerta entreabierta del baño
Hay otro relato que sacude la opinión pública italiana. Es la historia de una chica que en 2019 sale a tomar algo con un chico que conoce desde hace cinco años. Se habían dado algún beso, pero ella le había dejado claro que no quería empezar ninguna historia con él.
Van a un local del centro de Roma, donde ella había trabajado antes. Y como conoce el sitio, le pide que la acompañe al baño, que vigile fuera y que le sujete los clínex. Deja la puerta entreabierta y le pide que le pase los pañuelos de papel para limpiarse. En ese momento entra el chico le tapa la boca con una mano y le quita los pantalones arrancando la cremallera.
Para el juez de instrucción se trató de «violencia sexual», pero no para el tribunal de apelación que revocó la sentencia en 2022: ella «se quedó en el baño, sin cerrar la puerta, para darle al hombre la idea de que esto era la oportunidad propicia que le ofrecía la joven. Era una invitación a atreverse«, argumentaron los jueces el año pasado.
Mientras tanto, las agresiones sexuales continúan. Y las denuncias. La última presentada este mismo viernes en Palermo (Sicilia): al víctima, una chica de 19 años, fue violada el pasado 7 de julio por siete chicos, uno de ellos menor de edad. Bebieron juntos y cuando ella ya no podía reaccionar, la cargaron y la llevaron hasta una playa, donde abusaron de ella. Uno detrás de otro. Los Carabinieri han detenido a los siete. Ya veremos qué dice el juez.