Radiografía de la pobreza del Observatorio de la UCA y Cáritas: Realidad social y solidaridad que es esperanza

Radiografía de la pobreza del Observatorio de la UCA y Cáritas: Realidad social y solidaridad que es esperanza

Cáritas Argentina y el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA) de la Universidad Católica Argentina presentaron el informe Radiografía de la pobreza en Argentina: realidad social y solidaridad que es esperanza en el marco de la Colecta Anual de Cáritas que se realizará este fin de semana, el sábado 8 y domingo 9, bajo el lema “Tu solidaridad es esperanza”.

La presentación tuvo lugar en el Centro Comunitario San Pedro Claver, de Cáritas Quilmes, ubicado en el Barrio La Carolina de Ingeniero Allan, partido de Florencio Varela, provincia de Buenos Aires. Participaron Mons. Carlos Tissera, Obispo de Quilmes y Presidente de Cáritas Argentina; Eduardo Donza, Investigador y Coordinador de Desarrollo de Datos, especialista en Trabajo y Desigualdad del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA; Sofía Zadara, Licenciada en Trabajo Social, Directora Ejecutiva de Cáritas Argentina y Karen Burgos, Trabajadora Social a cargo del acompañamiento de la Red de Centros Comunitarios de Itatí, Solano y Quilmes.

Mons. Carlos Tissera abrió el diálogo destacando la importancia de esta Colecta para sostener los proyectos de Cáritas, que está presente en todo el país a través de 3.500 centros. Al referirse a esta presencia “capilar” el obispo afirmó: “siempre digo que Cáritas es como la sangre, que es la primera en acudir a la herida. Allí donde hay un sufrimiento, un dolor, allí hay una voluntaria, o un sacerdote, o una catequista, algún servidor de Cáritas para escuchar: a una niña que quedó huérfana, a ese padre que se quedó sin trabajo o a niños que no tienen dónde hacer los deberes, en fin, todo lo que necesita un ser humano para sentirse ser humano en esta tierra”. En ese sentido, destacó que: “Cáritas no es sólo la ayuda alimentaria, que es muy importante. Fundamentalmente Cáritas quiere hacer ver que somos seres humanos, no somos cosas. El pobre es un ser humano, con su dignidad. Y Cáritas quiere ser eso, hacer ver que tanto un niño, como un joven o un anciano, viva donde viva, vale por lo que es: un ser humano”.

A continuación, Sofía Zadara, habló sobre la tarea que día a día lleva adelante Cáritas, especialmente en los barrios más pobres, tratando de dar respuestas de promoción humana a muchas problemáticas sociales que son complejas. Entre esas líneas de trabajo, mencionó como ejemplo los programas de educación, primera infancia, trabajo, hábitat, integración de barrios populares, gestión de riesgos y emergencias, la respuesta alimentaria y el desarrollo institucional de todas las Cáritas del país destinados a la formación para seguir sosteniendo “esta misión que día a día es un servicio concreto y cercano”.

Retomando conceptos mencionados por el obispo, Zadara afirmó que: “nuestra capilaridad y cercanía nos permite escuchar de primera mano estos dolores tan grandes, que tienen tantas personas de todas las edades y todas las regiones”. Por eso, “venimos viendo la necesidad de generar muchos espacios que cuiden la vida entera, donde la persona de verdad sea el centro, que el desarrollo humano integral de todos los que asisten pueda verse reflejado. Somos testigos de lo que pasa en los barrios, de la esperanza que mueve a nuestros equipos, esa esperanza que las comunidades más pobres nos enseñan y nos contagian. Y eso nos permite pensar en un mundo mejor”.

Al detallar algunos de los programas de Cáritas, refirió las acciones que se llevan adelante en materia de Respuesta Alimentaria, “que hace que una enorme red de voluntarios reciba a más de medio millón de personas todos los días en la búsqueda de ese alimento concreto”, destacando el vínculo comunitario que se genera. Allí, “se conocen los nombres, los rostros, se sabe quiénes son. No es sólo la entrega de un plato de comida, es una comunidad que abraza, es una parte del desarrollo integral que buscamos”.

En materia de Educación, habló de los espacios educativos de Cáritas: “espacios comunitarios con equipos, con voluntarios preparados para acompañar la terminalidad educativa escolar”, tanto de niños y adolescentes como de adultos, “para abordar la alfabetización en edad temprana a través de una metodología específica” y para acompañar los estudios universitarios de los jóvenes a través de becas que los ayuda a sostener su carrera. El desafío es lograr la continuidad de las trayectorias educativas y que a pesar de la intermitencia, no se desapeguen de las instituciones.

Y sobre Primera infancia, Zadara explicó el cuidado que se brinda a mujeres embarazadas y a niñas y niños de hasta 6 años. “Queremos priorizar el acompañamiento en esos primeros 1000 días, por el estado de vulnerabilidad de esa etapa, donde tienen que hacerse controles y en muchos lugares el sistema sanitario no da abasto. Acompañamos en estos temas, a más de 2000 familias con este programa”.

Eduardo Donza, por su parte, presentó información relevada por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA que “pueden parecer fríos, o que son solamente un número, pero atrás hay un sentir profundo, hay rostros, hay familias pobres o indigentes que experimentan hambre y una mal alimentadas por razones económicas; hay desocupados que no pueden acceder a un trabajo de calidad o trabajadores sobreocupados pobres; hay madres que no pueden satisfacer las necesidades de crianza de sus hijos, dada la escases de recursos y de tiempo de vida que genera la pobreza; hay jóvenes que no pueden insertarse laboralmente, o que no pueden terminar los estudios que desearían; hay niños que les cuesta la integración y bebés que ven cercenadas sus necesidades de desarrollo, tanto a nivel psicológico como a nivel físico, por las falencias en los primeros años de vida.

La crisis actual sin duda ha agravado estos problemas que son estructurales en la sociedad argentina. Al respecto, tengamos en cuenta que la pobreza que durante el primer trimestre la pobreza ha superado el 50%, y la tasa de pobreza extrema ha llegado a afectar al 18% de la población.”

A continuación, se refirió al tema de la inseguridad alimentaria total (cuando las comidas no son completas) y severa (cuando se experimenta hambre de manera frecuente) “Lamentablemente tenemos que decir que 1 de 4 cuatro personas en la Argentina sufre inseguridad total (no severa) porque tiene al menos que hacer algún ajuste en la cantidad y calidad comida, o sus miembros deben saltear alguna comida porque los ingresos no le alcanzan. Y esto es más triste cuando lo llevamos a niños y adolescentes menores de 18 años, donde aumenta al 32%”.  Por su parte, la inseguridad alimentaria severa (experimentar hambre de manera frecuente), afecta al 10 % de la población. Entre los menores de 18 años, casi el 15 % se encuentra en esta situación de privación severa.

Donza afirmó que, por suerte, hay sistemas de ayudas, tanto de Cáritas como de otros organismos, que arman esquemas alimentarios compensatorios. Y hace posible que el 50% de los niños menores de 18 años asistan a los comedores, escolares o comunitarios.

 

Otros mecanismos de ayuda son, por ejemplo, la Tarjeta Alimentaria, un instrumento de ayuda del Estado que, a través de la Asignación Universal por Hijo, llega al 42,6% de los niños. Y también los bolsones de alimentos, que llegan a los hogares del 37% de los niños. No obstante, esta ayuda debe ser ampliada, tanto por parte del Estado como por parte de los privados. Los recientes aumentos anunciados por el Gobierno para este mes ayudan en ese sentido a paliar la crisis actual.

En cuanto a la educación, Donza explicó que la pandemia afectó la concurrencia a la escuela, obligando a realizar acciones para que los niños vuelvan al sistema educativo. En la actualidad, “1 de cada 4 niños de 3 a 5 años no concurre a la escuela sistemáticamente. El sistema primario está casi cubierto, con 0,4 de no concurrencia. Mientras que, en el secundario de 13 a 17 años, el 6,2%, es decir, casi 1 de cada 10 no está concurriendo”. Esto es solo la concurrencia, porque también está el problema del atraso escolar. En educación primaria, menores de 6 a 12 años, el 10% de los niños tiene sobreedad en la cursada (o sea de más de 2 años). En la escuela secundaria, el 25% tiene algún atraso escolar. Y en cuanto a terminalidad educativa, el 35% de los jóvenes de 18 a 29 años, no ha terminado la secundaria, posiblemente porque comenzó a trabajar.

A continuación, Sofía Zadara se refirió a los programas que lleva adelante Cáritas para promover la Economía Social y Solidaria (Ecosol), esto es, impulsar economía y trabajo centrados en la vida y el desarrollo integral, tratando de abordar el tema del desempleo desde procesos comunitarios.

“Generamos espacios de trabajo que dan soluciones a necesidades, no sólo personales sino también comunitarias. Es una opción para crear redes de personas, organizaciones, familias, porque genera bienes en la comunidad y permite el desarrollo local” Así, se promueven cooperativas, emprendedores, unidades productivas -que a nivel nacional tenemos más de 1.000-, líneas de microcréditos y bancos de herramientas.

“El trabajo es organizador de la familia y de la sociedad y lo promovemos en sus distintas formas, porque cuando no hay trabajo formal, buscamos otras instancias para generar recursos que muevan la economía local”.

En referencia al “flagelo de la droga” Zadara afirmó que “en los barrios populares el deterioro que produce es mucho más complejo, porque destruye todo: los vínculos, la posibilidad de un proyecto de vida. Se quitan las oportunidades del entorno y dejan cada vez más espacio al narcotráfico. Allí empieza la vinculación con las armas, con los delitos, además de la cuestión del consumo problemático de sustancias y la violencia familiar”.

“Desde Cáritas, explicó, acompañamos las adicciones desde un abordaje pastoral y comunitario. Esto es, nos centramos en la persona y en ese trabajo nos apoyamos en los Hogares de Cristo, impulsados por el entonces Cardenal Bergoglio y articulamos el trabajo con la Pastoral de Drogodependencia. Tenemos 250 centros barriales en todo el país donde ´recibimos la vida como viene` como decimos, donde damos una respuesta integral, apoyados por la Sedronar a partir de un programa de Casas de Acompañamiento Comunitario”.

En sintonía con el cuidado integral de las personas, Zadara destacó que la tarea de Cáritas consiste también en “cuidar a los que cuidan”, eso es a los voluntarios, agentes y equipos de Cáritas. “Es muy importante que la red de personas que cuidan sean cuidadas, que el amor sea algo transversal y no solo cuidar a otro, como en una familia”.

En esta instancia, Eduardo Donza, de la UCA, intervino aportando algunos datos relacionados con trabajo y empleo.

Afirmó que “hoy, el 32% de los trabajadores ocupados residen en hogares en situación de pobreza. O sea, que no alcanza a tener un trabajo para salir de la pobreza. Esto es mayor en los trabajadores no registrados o precarizados, donde se acercan al 50 o 60%. Eso tiene que ver con una estructura productiva que no genera los puestos necesarios y de calidad. La mitad de los trabajadores está en el sector micro informal de la economía, que son de pequeños establecimientos. Como el 30% de ellos viven de la economía popular, aquí, con buenos programas como los de Cáritas, se puede balancear ese desequilibrio del mercado.

Con respecto al problema de la droga, Donza habló del incremento no tanto del consumo, difícil de medir, sino de la comercialización. Un 30% de los vecinos consultados notan un aumento de venta de droga en los barrios. Los cordones de las grandes ciudades son los más afectados, sobre todo en los barrios más carenciados, donde se eleva al 62%.

Karen Burgos, por su parte, compartió su experiencia de trabajo en la red de Centros Comunitarios Itatí, de Quilmes, que acompaña cotidianamente a unos 350 niños y 200 jóvenes  en los barrios populares.

“El trabajo es arduo y la realidad social es cada vez más desafiante. Los chicos vienen con una necesidad de alimento que es difícil trabajarla, no sólo porque a veces no nos alcanza la olla, sino también por cómo afrontar y acompañar a las familias que también vienen con un deterioro de muchos años”.

“Lo bueno es que, como somos centros comunitarios de la Iglesia trabajamos con la solidaridad, y eso nos ayuda mucho a pensar nuevas estrategias. Más allá de sostener la vida, del plato de comida, nosotros sosteniendo una olla generamos espacios de escucha y construimos de otra manera. El espacio de contención no es sólo el plato caliente”.

Respecto al tema de los jóvenes, Burgos opina que “los jóvenes están desertando, no van a la escuela, no acceden a los centros de salud, están más tiempo en la calle. En ese marco, nosotros lo que tenemos como propuesta es salir a buscarlos, con nuevas estrategias para llegar a ellos. Para esto contamos también con el apoyo de los vecinos que están preocupados, sobre todo por el tema del consumo. El año pasado hemos perdido a un joven por esto. En nuestro barrio hay muchos puntos de venta”.

“Nosotros queremos transformar y llevar un poco de luz a esa realidad que viven los jóvenes. Y los niños, porque hay chicos que empiezan a temprana edad porque son las familias las que al no tener medios optan directamente por la venta. Eso lo estamos viendo muchísimo y nos impone un desafío gigante porque son cosas que antes no trabajábamos”, concluye.

A continuación, Sofía Zadara sintetizó algunas ideas afirmando que “Cáritas tiene la posibilidad de estar en todo el país y por eso podemos afirmar que es posible otro mundo, acompañando a tantas familias que la están pasando mal”.

“Otro mundo es posible, y Cáritas invita a eso: Tu solidaridad es esperanza, y la esperanza no es esperar, tiene que ver con creer, con confiar que otra vida es posible, que no estamos solos”.

Mons. Tissera cerró el encuentro renovando la invitación a colaborar con la Colecta Anual de Cáritas.

 

 

 

 

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